MIS PASOS DOLOROSOS Y MIS HERIDAS.


Cuando me cansaba, descansaba en ÉL

Adaptado por: Rodolfo Tum

Aunque ande en valle de sombra o de muerte, no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo.  Salmos 23:4

     Creo que será una de las partes más difíciles de hablar, porque no sé por dónde empezar, si por esos pasos dolorosos que nunca pedí vivir o por aquellos donde yo elegí estar por alguna razón. Muchas veces no se elige un camino, aveces es simplemente el que nos toca recorrer y ya.
El que me tocó a mí recorrer, en cuanto a mi salud no ha sido para nada fácil, desde que nací o desde antes que naciera, ha sido una lucha constante, una de mis hermanas falleció cuando tenía un año y medio, luego de la perdida de ella, mi madre queda embarazada de mi, pero desde los tres meses de embarazo empezó a tener complicaciones con amenazas de aborto muy fuertes, mi mamá me cuenta que no podía levantarse para nada porque empezaba a desangrarse, y pues, mamá dice que se sentía muy triste por la pérdida de mi hermana, que otra pérdida no la soportaría, así que lucho estando en cama hasta los 8 meses de embarazo, pero no logro llegar a los 9 meses, (uno de mis médicos dicen que fue la causas del porque tantas enfermedades).

     Los primeros años de mi vida fueron tranquilos, hasta cierto punto, pero nada fácil porque constantemente me enfermaba de cualquier cosa, me dio tos ferina, que es quizá, lo que recuerdo, porque marco mi vida, tendría alrededor de unos 5 o 6 años. Quizá cuando papá me trajo a Quetzaltenango, Guatemala. (Nacimos y crecimos con mis hermanas en Totonicapán en una aldea) Lo recuerdo perfectamente porque me vistió y me puso un gorro (quizá estaba enferma no lo sé) y me trajo a una foto estudio para tomarme un par de fotos (aún conservo las dos fotos) y nos regresamos, no lo puedo olvidar, papá era muy cariñoso con nosotros, y nos cuidada mucho, entonces mi hermana mayor, opina que quizá papá pensaba que iba a morir, por eso me trajo acá y tomarme una foto, antes de morir. - ja ja já - No lo sé, quizá fue eso lo que lo movió hacer tal cosa, porque no recuerdo que hayamos hecho otra cosa en esa ocasión.

     Después de eso sobreviví y empecé mi vida escolar con muchos esfuerzos, porque siempre me enfermaba, entonces tenía que ir siempre bien cubierta a la escuela, pero de pronto aparece unos nuevos síntomas que mis padres no se esperaban, de pronto perdía las fuerzas al caminar, no tenía fuerza alguna para caminar, entonces de nuevo me llevan al médico para saber que es, hasta el día de hoy no se con exactitud que me paso, solo recuerdo que me cuidaban más, porque además de las molestias de la garganta y la constante tos que mantenía ahora eran mis huesos los que no respondían, todo eso lo fui sobre llevando, al punto de acostumbrarme de que mi vida no era nada normal como lo de los demás niños de mi escuela , con el paso del tiempo me acostumbre a esa vida, solía salir a la escuela cubierta casi que con  chamarras encima, por el frió de mi tierra y por la tarde me encerraban en casa porque todo me hacía daño.

     De pronto  algo nuevo aparece a mi vida cuando tenía como 7 años de edad, llego la "HEPATITIS". Fue algo muy doloroso para mi papá, porque no tenía dinero y mamá en ese sentido había sido un poco difícil, quizá en ese momento no sabía  lo grave que era la enfermedad, así que no quería gastar en médico. Tengo tan presente ese día, porque estaba tirada en la cama y en la orilla de la misma, estaba papá llorando sin saber que hacer conmigo, y cuando llego mi mamá le dijo que yo estaba grave, creo que si lo estaba, porque ella se asustó  mucho y me llevaron al médico de inmediato, fue otra lucha salir de esa enfermedad.

     Quizá por la misma razón no era una niña que llamara mucho la atención, en una de esas fechas, no recuerdo con exactitud, pero si recuerdo muy bien lo que paso en esa ocasión, porque se trataba de la boda de una prima de mamá y mis hermanas mayores fueron damitas de la novia, recuerdo que ya casi era la boda y otra de las niñas que era parte del cortejo no llegaba y empezaron a buscar a alguien más. pero no había nadie de esa edad, "excepto yo". Hablaron en una habitación pegada a la sala de la casa y yo lo escuche todo, dijeron: que mi hermana pequeña no podría ser, porque estaba muy chiquita ¿y yo? Pues, simplemente no, porque no tenía el vestido adecuado y no les parecía bien que yo fuera ( eso fue terrible para mi) mi papá que me cuidaba mucho para esa ocasión me había comprado un vestido celeste, lo recuerdo muy bien, tenía una blusa azul, también me había comprado hasta las calcetas azules (papá siempre fue así) cuidador de nosotras, en ese momento me tomo de la mano y me llevo con él, porque lo escuchó todo también. Y hace unos meses atrás descubro que fue ese momento que marco mi vida hasta el día de hoy, porque siempre me he sentido muy, muy fea, sin saber porque siempre había sido así.

     Claro, de nuevo eso fue superado, mientras que los problemas en la garganta siguen y siguen, seguí llevando mi vida así hasta los 12 años de edad, cuando el médico indica que nada se puede hacer ya por mis amígdalas, que hay que operar o el virus que estas tenían causarían mayor daño del que ya habían causado, me operan, gracias a Dios todo sale bien y mi vida empieza a cambiar, porque dejo de sufrir de las terribles molestias que me causaba, sobre lleve así 5 años más de mi vida hasta los 17 años aproximadamente, cuando de nuevo vuelvo a cirugía, otra vez el problema de mi niñez, no había dinero para la operación y todo estaba en manos de mamá, porque anterior a esto mis padres tuvieron una pérdida económica terrible, en el que papá es el que sufrió más, de nuevo intervienen con una "APENDICITIS" logro superarlo, pero emocionalmente quedo mal, porque mientras iba a cirugía solo escucho al médico hablar obscenidades; que harán cuando termine la cirugía, fue un choque horroroso para mí, me dio tanto miedo que no quería que ese médico me tocara.

     Luego de estas batallas deje de estudiar, no sé porque razón, papá me rogaba que no dejara mis estudios, insistió tanto pero jamás me obligo y fueron los 5 años más lindos de mi vida porque los disfrute al máximo con él, sin saber que serían los últimos a su lado, a mis 21 años más o menos, de la nada, papá se empieza sentir mal, muy mal, va con el médico y le dice que esta desahuciado. que al menos que se someta a un tratamiento extremadamente caro y sin garantía de sobrevivir, fue un golpe muy duro para él y para nosotros porque papá tomo la decisión de no tomar el tratamiento, que prefería dejarnos a nosotros con un techo que a él con vida (si es que lo lograba) y sin nada, el muere casi al mes de que el médico lo ve.

    Sentí que mi vida se iba con papá en el ataúd,  no sabía qué  pasaría con nosotros sin él, pues, nos creció siendo muy dependientes de él, para todo él nos llevaba y nos traía, cada vez que salía a la calle, lloraba porque sentía su ausencia y me causaba tremendos ataques de dolor, empecé a comer por ansiedad hasta tener un sobre peso terrible, y pues, ¡claro! de nuevo al médico. En  ese año que papá murió conocí al primer novio que tuve, por decirlo de alguna manera, porque nuestra relación duro unos pocos meses, sin mencionar que lo conocí en agosto de ese año, y para febrero del siguiente año habíamos terminado la relación, porque él no era de acá  de Guatemala, era del Salvador, tierra de donde era papá también, por lo mismo tenía muchos amigos allá en su tierra y uno de ellos trajo al Chico a Guatemala y en pocos días de conocernos nos hicimos novios, fueron días bellos, pero él tenía que regresar a su país con la promesa de que volvería en octubre, y en efecto regreso el día que enterramos a papá. 

    Para él fue una noticia impactante, pero yo no sabía porque le fue tan fuerte enterarse de que ese día, que ellos vinieron enterramos a papá, solo supe que se puso muy mal y yo no podía hacer nada por él, pues yo estaba mal, regreso a su tierra y no supe más nada de él, mis hermanas dijeron que si no tenía noticias suyas era porque él no me quería, así que me dijeron que terminara con él cuando volviera y así lo hice en febrero.

     Lloraba mucho por las dos pérdidas  que tuve, no sabía qué  hacer con mi vida porque eran dos perdidas, a la vez fue un año muy difícil para mí. Pero increíblemente, al año, aquel ex novio regresa y ambos seguíamos sintiendo lo mismo, me pide perdón por su ausencia y que de nuevo lo intentemos, para ese  entonces, tarda un par de días más, con la convivencia en casa, pues él, toma la decisión de que vamos a casarnos y solo me lo comunica, yo no pude pronunciar palabra alguna, porque solo me dijo que quizá no podría viajar seguido pero que me enviaría dinero para que yo organizara la boda como yo quisiera, ¡vaya difícil! Para mí, porque justo estoy sentada frente a donde me lo pidió, uffff todavía hoy en día no logro comprender aquellas palabras, siento que puedo escucharlas y ya casi 17 años de eso.

     Ese día solo dije; está bien y no lo comente ni con mis hermanas (no comprendo porque me lo guarde para mi) pocos días después de marchar, no supe de él, hasta en noviembre para su cumpleaños, cuando le llame y fue algo tan desastroso para mí, escucharlo ser tan tajante para conmigo, cuando se suponía que el día de su cumpleaños me llevaría al Salvador para hacer oficial nuestro compromiso, pero si antes no había llamado ni nada, no podía yo disponer viajar con mi madre para estar con él en su cumpleaños, entonces tome la firme decisión de terminar con él, pero ahora yo convencida de que era lo mejor para mí, el dolor, claro, era grande porque no sabía que había hecho yo algo mal, porque la persona que tanto amaba se alejaba de mi lado sin motivo aparentemente alguno, cabe mencionar que desde esa fecha en que vino hace 17 años no lo he vuelto a ver.
   
      Después de tanto dolor en mi corazón, decidí cumplir el sueño de mi padre para mi vida y sabía que esto le hubiera causado gran placer a papá; el terminar mis estudios de bachillerato, porque antes de morir nos  juntó a todos, les pidió a todos que no me fueran a dejar sola, que debían velar por mí, pero no quería ser una carga para mi familia y que no podía seguir esperando una respuesta que quizá nunca llegaría, así que supe que sola busque un colegio para poder terminar mis estudios, sin saber que allí experimentaría otra clase de dolor, experimentaría la maldad de la gente a la que uno puede tenderle la mano. El primer año fue algo muy bueno, pero el segundo, para graduarme del bachillerato fue terrible, o al menos así lo sentí yo porque quizá vivía encerrada en la burbuja de casa; sobre protegida por mis padres, que sentí que la vida se me iba en llorar cada sábado que iba a estudiar, porque siempre había una razón para lastimarme de parte de quien yo creía mi mejor amiga.

    Después de graduarme quede tan mal de la experiencia que viví,  que no quise seguir en la universidad, porque pensaba que sería igual o peor, así que de nuevo me encierro en casa para no tener mayor contacto con las personas, más que con las que les tenía confianza, personas de la iglesia a donde asisto, nada más ese era mi círculo, solía meterme de lleno en el trabajo de la iglesia, algo que amo hacer, claro, pero de nuevo la sombra de la enfermedad aparece a mi vida, sin motivo alguno, haciendo algo tan sencillo como ponerme crema, me agacho y no puedo regresar a mi lugar para enderezarme, porque experimento un dolor indescriptible, solo tomo un analgésico y se me pasa, pero con el paso de los días se hace más y más fuerte, no sabía lo que era, así que sigo solo con analgésicos y lo dejo pasar.

     Un día no puedo más con el dolor y se me hace urgente ver al médico, no sabía de lo que se trataba, me mandan hacer una resonancia magnética solo para confirmar lo que ya se sospechaba, hernias en la columna, empieza de nuevo la batalla con la enfermedad, solo que ahora no sabía para donde me llevaría todo esto, era algo que jamás esperaba en mi vida, fueron días amargos de dolor y sufrimiento amargos, porque ahora ya no estaba papá conmigo y mamá enfrentaba esto conmigo y para ajustar las cosas, la doctora dice que tiene que operarme, pero  que  tiene un costo sumamente elevado, algo que ni en  las otras dos operaciones juntas hubiera costado.

     No quisiera recordar esos días, pues estoy a unos días de cumplir años de ser operada, solo de pensarlo me duele, pensar en esos días en donde quería morir para no causarle más dolor a mi familia, pues, tenían que hacer cosas por mí, porque no podía caminar y ellos tenían que darme terapia para menguar el dolor, hasta lograr encontrar alguna institución o médico que quiera operarme con menor costo, porque no teníamos la posibilidad de cubrir lo que cuesta esa operación. Por momentos sentía la impotencia de no ser tan fuerte y valiente para no provocar dolor a mis seres más queridos, y por otro; ser fuerte para seguir luchando por mi propia vida, hasta que Dios me da la oportunidad de viajar a Escuintla, Guatemala, donde conozco a uno de los mejores médicos, que en mi gran variedad he conocido.

     Logro salir avante de nuevo y creí en ese momento que las luchas de las enfermedades habían terminado, pero para sorpresa mía aún quedan otras batallas por pelear, tenía como dos años de esa operación, cuando por costumbre viajo a casa de mi hermana mayor a Huehuetenango, (porque mi cuñado viajo a Estados Unidos por un par de semanas) pero yo, hace varios días atrás me había sentido mal del estómago ,pero no le di importancia, pero cuando estuve con mi hermana, el problema se agravo y para ajustar las cosas (no podré olvidar esa fecha) era día feriado y fin de semana, mi hermana se había quedado sin carro, como a las 2:00 am. No aguanto más el dolor que sentía y  mi hermana me dice que no tiene nada que darme, somos cristianos evangélicos, mi hermana hace una oración por mí para que por lo menos pudiera dormir hasta que amanezca y así buscar un médico, al día siguiente amanecí como que me hubiera atropellado un tren, pero pude dormir bien: gracias a Dios.

       Mi hermana tenía compromisos ya hechos para ese día, entonces me dijo que me quedara en casa esperando, hasta que ella terminaba. Para el medio día, los dolores empeoraron, tuvimos que buscar un médico con la esperanza de que no fuera nada grave, de nuevo llegan las malas noticias, nos informan que parece ser un CALCULO EN LA VESÍCULA, mientras averiguamos me dejan dieta y medicamentos para evitar el dolor, por varios días realice mi dieta hasta llegar a mi casa en Quetzaltenango. Donde los dolores se vuelven a presentar más agudos, no tuve remedio, tuve que contarle todo a mi madre y buscar un hospital, me hicieron el ultrasonido solo para confirmar que en efecto se trataba de un cálculo biliar, porque de nuevo me tienen que operar, ese fue otro duro golpe que ya no quería vivir, pero allí estaba de nuevo enfrentándome otra vez al quirófano; la experiencia fue muy diferente en esta ocasión, porque enfrente lo que llamaría: “el último aliento de vida que sentí” del porque llamarlo así? pues, fue una de las experiencias más traumáticas post operatorias.

     Una operación que debería durar 45 minutos aproximadamente, duro más de cinco horas, y bueno pues, para salir rápido del proceso de recuperación, mi familia se había unido económicamente para poder costear una operación laser, pero ¡sorpresa! Cuando salgo del quirófano, llego a mi habitación desangrándome, conectada a una serie de tubos y oxígeno, y con un solo pensamiento que más que eso fue mi oración: DIOS MIO, YA LO QUE TENÍA QUE HACER EN ESTA TIERRA LO HE HECHO, POR FAVOR RECÓGEME, NO  ME DEJES SUFRIR MÁS!

     Claro, mi familia estaba devastaba, porque no sabían que hacer conmigo, cuando el médico que había practicado la cirugía aparece y nos explica que algo ha salido mal en la cirugía, tuvo que realizar dos cirugías (la laser y la normal) logre superar todo eso, pero fueron días muy difíciles de enfrentar, porque el proceso de recuperación fue mayor aún. Pase un largo tiempo sin querer ir al médico, por el trauma que había vivido, pero la sombra de la enfermedad estaba allí presente y lo inevitable para ese entonces aparece de nuevo:

     Bueno, esta la llamaría: "La última etapa difícil de enfermedades en mi vida" ¡GRACIAS A DIOS! Esto fue totalmente diferente a todo lo antes experimentado, pero no era nuevo en mi vida porque tenía antecedentes en mi familia (y esta parte involucra a mi madre y hermanas) mi madre obviamente logro tenernos a nosotros sus hijas, mi hermana mayor tuvo hijos, pero mi segunda hermana, ella no ha podido tener hijos y mi hermana menor no podrá tener nunca hijos propios. A raíz de lo mismo, después de superar toda la travesía anterior, voy de nuevo en busca de ayuda médica, fue allí donde por todo lo experimentado, busco a una ginecóloga reconocida en mi ciudad, para que me brinde ayuda, sin duda ella fue muy dulce conmigo y me empezó a tratar el problema en los ovarios.

     Me dejó un tratamiento muy fuerte y yo no me sentía nada bien tomando el medicamento prescrito, sabía que algo no andaba bien, porque estaba constantemente mareada, con nauseas, dolores de cabeza (por misericordia de Dios no pude comprar todo el tratamiento porque no contaba con todo el dinero) hasta que mi cuerpo no resistió más y un domingo por la mañana, mientras leía la prescripción  médica, solo sentí que todo dio vuelta alrededor de mí y cuando reaccione estaba en el suelo, me había desmayado y tenía un gran golpe en la frente, estaba fría, temblando sin saber que estaba pasando; al día siguiente llame a mi médico para informarle lo sucedido, pero solo me contesto su enfermera para decirme que me realice exámenes de sangre y que cuando tenga los resultados llame para leerle los resultados.

     Me dio la orden de continuar con el medicamento tal cual me lo había prescrito ella, así lo hice, pero logre llegar de esa manera hasta el día sábado, diría que fue una de tantas oportunidades que Dios me ha dado para vivir, porque no aguante más, y decidí cambiar de médico, estaba mal, muy mal, al medio día de ese sábado, salgo de emergencia a la clínica en busca de alguna respuesta ( allí logre entender ese programa de televisión llamado ENIGMAS MEDICOS) es terrible vivir días como esos, porque estaba medicada pero algo no estaba bien; llegue temblando, pálida y no sé de qué otra manera porque mi médico se asombró, corrió a su gaveta para darme una galleta y ordeno que fueran a comprarme una Coca-Cola y me dijo: “vas a estar bien”.

     Me pidió la receta de la anterior doctora y me pregunto si había consumido todos los medicamentos, le informe que no había podido comprar uno; me dijo que si lo hubiera hecho, mis riñones hubieran colapsado en poco tiempo. Empezó por desintoxicarme de la sobre dosis de medicamentos que tuve en esa oportunidad, fueron días largos, porque ni siquiera pensaba en el tratamiento al que iba, no fue nada fácil descubrir todo lo que había provocado el anterior medicamento en mi cuerpo, tuvieron que hacerme una batería de exámenes, esa misma noche tuve una crisis de baja de azúcar y de la presión que les di a mi hermana menor y a mi mamá un susto terrible porque estaba pálida y fría; y  para poder empezar el tratamiento por el que iba  tuvo que esperar un año más.


     Y bueno, esa parte de mi vida la voy a resumir diciendo; que empecé el tratamiento, hasta el año pasado termino con la última palabra del médico que me dijo: “no puedo hacer más por ti, tienes que aprender a vivir con eso, tienes una matriz grande y quistes en los ovarios” así que no podré tener hijos… Pero en todo somos fortalecidas por parte de Dios, con la fe puesta en Él, porque es todo lo que tenemos y en Él esta nuestra fortaleza, y cada día vamos superando el hecho de saber que fuimos creadas con un propósito de parte de Dios, no para ser madres biológicas, pero si para otras tantas cosas, y eso lo he ido descubriendo cada día, después de superar todos los obstáculos presentados hasta el día de hoy, sin olvidar que con Cristo somos más que vencedores, con lo que puedo decir firmemente: DIOS HA SIDO FIEL. 

"Los bienaventurados somos los que lloramos porque ya nos vimos... Y no tenemos remedio en nosotros mismos, pero corrimos a Jesús, y Él no nos echa fuera".
De eso se trata. ❤️
Mateo 5.

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