- "Somos como barcos de papel en medio del océano furioso. Somos como una gota de agua en el desierto. Vulnerables a ser destruidos inminentemente por la multitud de enemigos que nos rodea a diario; drogas, alcohol, pandilleros... Si no encontramos un refugio inmediato y seguro"
Recuerdo que un día domingo por la mañana, mi Papá me llevo a caminar por los caminos tan reducidos y alborotados de mi pueblo. El sol con sus brillos de colores indefinidos y hermosos, en sus máximos esplendores, nubes blancas de distintas siluetas adornaban un cielo representado por un azul fuerte,
el aire que nivelaba el calor que nos daba aquel sol abrazador, los arboles bailando al ritmo del viento. Era el día perfecto para salir a caminar, y que mejor que con el hombre que te llama hijo. Mi Papá me tomó de la mano, porque si no, podía caerme o lastimarme fácilmente, en ese entonces tenia 6 años aproximadamente. Es de los pocos momentos que recuerdo haber pasado tiempo con él, a decir verdad, es el único momento feliz, y donde mas me sentí seguro a su lado, es el único instante que se hace tan presente en mi memoria hasta hoy en día. "Ni los años borran actos llenos de amor". No es que haya sido malo conmigo, no. Solo que no recuerdo mas tiempos con el, no se si es por mi edad, o es por la seguridad que me hacía sentir, ya que mi inocencia me aseguraba de que solo era el principio de muchos momentos así, tenia la certeza de que nunca nos íbamos a separar, que en todo tiempo iba a sentir su paternidad llenos de amor, concretados en abrazos, cariño, afecto, regaños (en ocasiones) y consejos. Somo seres algo extraños, a veces recordamos mas las cosas malas que las cosas buenas, pero los momentos que pasamos en nuestra niñez forjan nuestro camino.
Una parte de la ciencia que estudia el comportamiento humano, que es la Psicología, dice que desde el nacimiento se desarrolla el autoestima, pero toma fuerza aproximadamente a los seis años, moldeado por los tratos, atenciones, actitudes, cariño y respeto que recibe la persona cada día. Y como consecuencia de ello, muchos rasgos de la personalidad.
Casi no recuerdo nada de lo que haya vivido con él, no se si es porque estaba tan seguro de que aquel ser jamas se apartaría de mi, que seria mi sustento diario. Pero desafortunadamente no tenemos poderes mágico para predecir el futuro.
No recuerdo si solo fueron días, o quizás semanas, o meses después de esa vivencia tan épica en mi vida, que se apartaría de mi. No nos abandono, no se fue con otra mujer. Se fue para darnos una mejor vida, emigro a E.E.U.U.
Pasaron los años, como niño no sentía tanto el cambio, quizá hubo momentos donde pregunte por el, y seguramente me dijeron que no estaba y que pronto llegaría, y lo dejaba pasar. Sin darme cuenta que la ausencia de mi padre físicamente, me limitaba a ciertas cosas, como a disfrutar de un cumpleaños, de un abrazo, de un beso. Esto tomo fuerza con mi Mamá, no fue tan amorosa con nosotros, era muy fría. Pero no era mala, no nos pegaba como seguramente hacen muchas madres, solo que le costaba mostrar afecto. Entonces adopte una personalidad limitante, que todo lo que causa emoción en la mayoría de las personas, a mi me daba igual. Nunca recuerdo un abrazo de mi Papá, mas que esa salida juntos. Igual, no recuerdo un abrazo de mi madre.
Recuerdo que cuando salí de la primaria, ya habían pasado 5 años sin mi papá. En el acto de graduación, observaba a los niños felices con sus familiares, acompañados por los padres, se veían tan emocionados y felices. Entonces, ahí me di cuenta, que por mucho tiempo había ignorado ese grito que decía: Tu extrañas a tu Papá. Y creo que si, porque me dolía, quería que estuviera ahí, que me acompañara en mi primer logro académico, pero no paso. Y Recuerdo que hable con él, diciéndole que me gustaría que estuviera conmigo en ese momento, solo me dijo que pronto estaría conmigo y que todo seria diferente. Esto es el principio de momentos que marcarían mi vida por mucho tiempo.
Es mi vivencia. Es mi experiencias. Es mi tormenta, pero también mi camino hacia lo que iba ser el mejor regalo. Eso es mio, pero cuantos hijos hoy en día viven algo similar, o peor. Marginados de sus padres por la distancia, odio, abandono, problemas o la muerta misma. Cuanto hijos anhelan un abrazo, un beso, una regañada. Todos tenemos distintas tormentas, por la ausencia de un padre. Estudios avalan que la mayoría de los adolescentes involucrados en problemas en la sociedad, es consecuencia de la falta de un Papá, de un amigo, de un ejemplo a seguir. Las separaciones entre padres e hijos suceden por innumerables e indefinidas causas. Y cuando no existe esa guía, cuando no hay alguien que abre camino para una vida que esta en pleno desarrollo y experimento de las cosas, puede tomar cualquier vía que a simple vista le ofrece un poco de seguridad, paz y amor. Así como hay distintos motivos de separación, también sucede en una etapa indefinida. Puede ser en la niñez, adolescencia, juventud, adultez. Pero en las primeras tres etapas es donde hace falta mas el amor de Papá. Porque es ahí donde forjamos nuestro camino;camino que se tuerce en muchas ocasiones y que solo se endereza con el apoyo constante de un padre.
Si ya es difícil desenvolvernos en este peregrinaje de la vida con el apoyo de un Padre que guía, orienta, aconseja, regaña, limita y endereza nuestros actos equivocados. Imagínense como seria tomar el rumbo de nuestras vidas sin estas importantes atenciones de aquel que nos engendro. Cómo sera nuestro desarrollo si no esta para que nos tome de la mano y nos enseñe a caminar de manera correcta. Qué se espera de una juventud si no existe quien lo guié, quien le enseñe a trabajar, respetar, querer, proteger y amar a los demás. Quién llena ese vació. Quién envuelve de amor un corazón roto por experimentar y buscar en lugares equivocados esa protección que no encontramos en casa. ¿Quién?
Me di cuenta que las promesas de mi padre no se harían vivenciales, porque solo eran palabras llenas de esperanzas prolongables y rutinarios. Mi madre no podía ocupar ese vació, mis amigos tampoco, ni mis familiares.
Y hoy en día muchos no miran una salida. Mucho no ven el camino libre. Muchos no ven una señal de luz, porque por la falta de un padre, no supieron tomar las decisiones correctamente en momentos cruciales. y que si hubiese alguien quien los guiara, ahora vivirían de manera diferente, Pero no.
Entonces, veía a mi padre a mi lado hasta en años. Por tal razón, fui a lo seguro, decidí que Aquel ser que siempre estaba ahí, el que llenaba de calor mi corazón congelado de indiferencia. El que hace 7 años atrás, soplo vida en mi y resucito mi pequeño ser frió y tenso. Fuese mi Padre y le dije: Me quedo contigo, Papá (Dios). Porque solo Él era seguro, perfecto, fiel. Tan fiel que desde que no había nacido ya estaba conmigo sin haberle pedido. Solo Dios llena ese vació. No las cosas, ni las personas, ni éxitos.
Dispuse mi corazón y empezó a hacer cosas maravillosas.
Padre de los huérfanos...
- Salmo 68:5
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